How to Win Friends and Influence People – Dale Carnegie
Ochenta años. Ocho décadas. Ese es el tiempo exacto que ha pasado desde que Dale Carnegie publicara su conocido libro How to Win Friends and Influence People. El título, que se ha convertido en un clásico del desarrollo personal y de las relaciones personales, forma parte de las librerías de personajes como Warren Buffett, así que era, sin duda, una buena opción para seguir con mi búsqueda de Libros para Cambiar de Vida.
Si en vez de leer el post preferís ver la reseña en vídeo, os dejo aquí el enlace a mi canal de Youtube, donde la podéis ver. Si preferís seguir leyendo, podéis saltaros el vídeo.
En este caso, Carnegie utiliza anécdotas de alumnos de sus cursos de comunicación y relaciones personales y las mezcla con una parte más teórica, basada en conceptos más relacionados con la psicología. El resultado: un libro que no pasa de moda en cuanto a apliación práctica, pero que, para mi gusto, se queda un poco cojo en aspectos más téoricos y al que le sobran algunos ejemplos.
El título está dividido en cuatro partes, en las que Carnegie da instrucciones precisas para saber llevar a la gente, ganar amigos, hacer que las personas piensen cómo tu quieres, ser un gran líder y gestionar la vida doméstica de una forma exitosa (lo de la vida doméstica me suena un poco a “sus labores”, pero dejémoslo ahí). Hay partes del libro que quedan algo obsoletas, con ejemplos que quedan un poco anticuados, aunque teniendo en cuenta que el título se publicó en los años treinta, es comprensible.
Parte 1: Técnicas Fundamentales para saber tratar con gente
Parte 2: 6 Formas de gustar a la gente
Parte 3: Cómo ganarte a la gente para que piense cómo tú quieres
Parte 4: Cómo cambiar a la gente sin que se ofendan o sientan resentimiento hacia ti
Más allá de las cuatro partes en las que Carnegie divide el libro, me gustaría concretaros doce conceptos con los que creo que se puede llegar a comprender mucho mejor el objetivo del libro y así, poder aplicarlo en el día a día de las relaciones con otras personas, ya sea en el ámbito laboral o en el más personal.
1.Evita criticar, condenar o quejarte
Para Carnegie, cualquier tonto puede criticar, condenar y quejarse. El autor subraya que ese es el camino fácil que toma la mayoría cuando trata con otras personas y que hace falta mucho carácter y autocontrol para decidir no ir por esa vía y optar por entender y perdonar a la otra persona.
Cualquiera que esté en una posición de liderazgo debería saber cuando alguien no cumple con las expectativas o cuando el enfoque de un competidor es inferior al suyo propio, pero debe hacerlo de manera que reconozca qué es lo que funciona, evitando el resentimiento y fomentando la mejora.
2.Alaba los logros de otros
“Las habilidades se marchitan bajo la crítica y florecen bajo el estímulo”. Traducido un poco a la aplicación diaria, el autor sostiene que hay que ser lujoso con los elogios, pero sólo de una forma genuina y verdadera.
Todo el mundo quiere que se le aprecie y reconozca lo que hace bien y todo el mundo haría casi cualquier cosa para conseguir esos elogios. Pero nadie quiere halagos de mentira, nadie quiere insinceridad.
3.Sé empático
El autor sostiene que “la única forma en el mundo de influenciar a otras personas es hablando de lo que ellas quieren y mostrándoles cómo conseguirlo”.
En este punto, Carnegie utiliza una frase de Henry Ford que dice: “Si hay un secreto para el éxito, éste reside en la habilidad de entender el punto de vista de otra persona y ver las cosas tanto desde su ángulo de visión como desde el tuyo propio”.
4.Sonríe
Este concepto es bastante sencillo de comprender y Carnegie utiliza el ejemplo de Charles Schwab para ilustrarlo. Este magnate del acero sostenía que su sonrisa valía millones de dólares. Y, según Carnegie, seguramente estaba subestimando la verdad. Porque “la personalidad de Schwab, su encanto, su habilidad de hacer que a la gente le gustara él, todo ello era responsable casi por completo de su éxito; y uno de los factores más encantadores de su personalidad era su cautivadora sonrisa”.
5.Anima a las personas a hablar de ellas mismas
Pese a que muchos de los conceptos están basados en escuchar al otro y en empatizar, éste creo que es uno de los más poderosos de todo el libro, puesto que aplicado a la vida diaria puede evitarte muchos problemas. O, por lo menos, que esos problemas acaben siendo algo menores.
La mayoría de gente se relaja, incluso en situaciones muy tensas, si comienzan a hablar sobre lo que saben, es decir, sobre ellos mismos. Es como una fórmula mágica, pero que funciona de verdad.
Carnegie lo describe muy bien cuando dice que escuchar lo que alguien tiene que decir “es quizás uno de los mayores cumplidos que le podemos hacer a nadie”.
6.Saber cuando utilizar sugerencias en vez de órdenes
Hay que dar siempre la oportunidad a las personas de hacer las cosas por sí mismos, no decirles lo que tienen que hacer, sino dejarles hacer; hacer que aprendan de sus propios errores.
En este caso, Carnegie pone el ejemplo del empresario industrial Owen D. Young, que en vez de ordenar a sus empleados, siempre comenzaba sus frases con sugerencias como “Quizás podrías considerar esto…” o con preguntas como “¿Crees que esto funcionará?”.
“Escuchar lo que alguien tiene que decir es quizás uno de los mayores cumplidos que le podemos hacer a nadie”
7.Date cuenta de tus propios errores
Este punto es realmente interesante, sobre todo, para las personas que gestionan equipos. El autor subraya que los mejores líderes no se retratan como personas que no cometen errores. “Admitir los errores de uno mismo, aún cuando no se han corregido, puede ayudar a otros a convencerse de modificar su comportamiento”.
8.Respeta la dignidad de otros
Al igual que el punto 7, este concepto es sobre todo útil para empresarios o personas que ejerzan un puesto de mando con empleados a su cargo. En este caso, Carnegie habla de la dignidad de otras personas cuando se enfrentan a una situación laboral complicada.
El autor destaca que, tanto en el caso de estar hablando con un empleado por un mal comportamiento, como en el caso de tener que despedir a alguien, hay que reconocer su dignidad y no humillar a esa persona. Porque, incluso desde un punto de vista práctico, hay que tratar de acabar una relación laboral en buenos términos, incluso con un empleado que no ha trabajado como se esperaba, ya que es posible que esa persona se vuelva a cruzar en el camino, y un único ex empleado enfadado, puede tener la motivación suficiente para arruinar la reputación de su ex jefe.
9.No intentes “ganar” una discusión
Si estás tratando de convencer o persuadir a alguien, tienes que intentar evitar discutir con esa persona. Porque, tal y como dice Carnegie: “un hombre convencido contra su voluntad, sigue siendo un hombre con la misma opinión”, es decir, incluso si consigues desmontar el argumento de otra persona, no conseguirás absolutamente nada.
10.Sé amable, sin importar lo enfadada que la otra persona pueda estar
Está en nuestra naturaleza responder con agresión a la agresión. Pero Carnegie aconseja ir por el camino difícil e intentar persuadir a la otra persona manteniendo una sonrisa y mostrando empatía por su situación. Es sorprendente lo que se puede conseguir cambiando un poco de estrategia.
11.Alcanza territorio común lo antes posible
Comienza por empatizar y sigue empatizando en todas las cosas en las que estás de acuerdo con la otra persona, destaca Carnegie. Sigue subrayando, si es posible, que ambos estáis luchando por el mismo fin y que la única diferencia es de método y no de propósito.
12.Haz que los otros piensen que tu conclusión es la suya propia
A nadie se le puede forzar a creer algo de verdad. Es por eso que las personas más persuasivas conocen el poder de las sugerencias por encima de las demandas. Planta una semilla y cuando haya florecido, evita apuntarte el tanto.
Si bien es cierto que algunos de los conceptos son más aplicables en el ámbito laboral, sobre todo en el caso de ser jefe o propietario de una empresa con empleados, la mayoría de ideas que Carnegie comparte no han pasado de moda y son realmente útiles para, utilizando el sentido común, conseguir interactuar socialmente de una forma mucho más eficaz.
Quién le habría dicho al autor del libro, que ochenta años después de publicar su título y de dar cursos a personas de todo Estados Unidos, sus ideas y su teoría, seguirían siendo aplicables en el día a día.
Y vosotros, ¿habéis leído algún libro parecido que os haya ayudado con vuestras relaciones personales?
Lo que me gusta de este libro:
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