“No es ‘¿Qué quiero hacer?’, Es ‘¿Qué tipo de vida quiero tener?'”. – Arianna Huffington

Creo que nunca me cansaré de leer libros escritos por mujeres que han tenido éxito en su profesión. Y Arianna Huffington es, sin duda, una de mis favoritas en lo que a periodismo y comunicación se refiere. Ya os hablé de ella y su libro On Becoming Fearless. Y hoy toca Thrive, otro de sus títulos publicados que habla de una tercera métrica para medir el éxito, más allá del clásico “poder y dinero”.

Arianna Huffington era una persona que todos calificaríamos de exitosa: empresa que funciona, finanzas más que saneadas…vamos, que todos pensaríamos que lo tenía todo. Pero cuando se levantó en el suelo de su oficina, en medio de un charco de sangre, ella no pensó lo mismo.

Huffington sufrió una fractura de pómulo al caerse contra el escritorio en la oficina, debido al agotamiento extremo que sufría. Fue entonces cuando se dio cuenta que la fórmula del éxito que todos barajamos no se sostenía. Y que teníamos que añadir una tercera pata. De ahí nace Thrive.

Thrive puede traducirse por prosperar, pero en este caso la traducción correcta sería: proceso de construir una vida gratificante, estimulante y saludable que abre la puerta a más significado, propósito, alegría, paz y bienestar.

En el libro, cuenta cómo su experiencia personal le hizo replantearse su vida y lo que ha aprendido llevando a cabo esos cambios.

De todas las lecciones que Arianna Huffington comparte en Thrive, he elegido tres, que creo que representan muy bien el objetivo del libro:

1. Actualizar nuestra definición de éxito incluyendo el “thriving”:

   Lo que nos enseñan es que tener éxito consiste en la fórmula de poder + dinero.
   Huffington propone añadir una tercera métrica a esta fórmula: thrive.
   Para ella, el thrive está formado por cuatro elementos básicos:
   –Bienestar: cuidar de nuestra salud física y mental.
   –Sabiduría: aprender a un nivel profundo con verdaderos conocimientos.
   –Maravillarse: reflexionar sobre la maravillosa belleza de la naturaleza, el arte y la vida.
   –Dar: ser generoso con los demás para mejorar nuestra propia alegría y felicidad.

2. Buscar la verdadera sabiduría dentro nuestro
   

   Cuando se nos habla de verdadera sabiduría siempre pensamos en viejitos con barba blanca, tipo Dumbledore.
   Lo que Huffington afirma es que nuestro pensamiento se va a ese tipo de imágenes porque hemos perdido conexión con nosotros mismos.
   Dentro de nosotros es donde está la verdadera sabiduría: solo hay que confiar en nuestras experiencias y escuchar a nuestro instinto.
   Es muy fácil perderse en los datos e información que tenemos hoy en día al alcance de la mano, a un solo clic. Pero, si dejamos de distraernos con ello descubriremos que en realidad, sabemos lo que es correcto y lo que no, solo escuchando a nuestra intuición.

3. Dejar de mirar nuestro teléfono constantemente
   

   Hay estudios que afirman que miramos nuestro teléfono unas 150 veces al día, de media. Descontando las 8 horas de sueño, se traduce en que miramos el teléfono cada 6 minutos.
   Todos tenemos un sentido de la urgencia metido dentro y priorizamos cosas que no tienen importancia alguna, en gran medida, por culpa de tener un teléfono al alcance de la mano 24 horas al día.
   Estar conectado es un gran regalo que la tecnología nos ha regalado, pero no debemos abusar de ello como lo hacemos ahora mismo.
   Hay que aprender a apagar las notificaciones y a estar pendiente de lo que tenemos delante, a vivir el momento en el que estamos.

Thrive es un libro sencillo, pero no simple. Las lecciones que Arianna Huffington nos regala son fáciles de comprender y de implementar. Por ello creo que es un libro que todos podríamos agradecer en algún punto de nuestra vida.

Desde el becario que cree que trabajando más horas que un reloj un par de años lo conseguirá, hasta el directivo de casi 60 años que no entiende por qué no es feliz, si tiene dinero y una buena posición.

Todos hemos estado en una situación similar (bueno, yo en la del directivo aún no jaja). Y creo que es muy útil poder dar dos pasos atrás y ver que la vida es muy distinta a lo que nos han contado. Y que ser feliz es mucho más que una cuenta bancaria de seis cifras y un despacho con vistas.

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