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“En la escuela aprendemos que los errores son malos y se nos castiga por cometerlos. Sin embargo, si observas la forma en que los humanos están diseñados para aprender, aprendemos cometiendo errores. Aprendemos a caminar cayendo. Si nunca nos cayéramos, nunca caminaríamos ”. – Robert Kiyosaki

Robert Kiyosaki es uno de los autores de desarrollo personal más conocidos a nivel mundial, junto a otros como Robin Sharma, Eckhart Tolle, Tim Ferriss o Tony Robbins. Y la verdad, no sé por qué todavía no me había leído su libro más conocido: Padre Rico, Padre Pobre.

Era de los típicos títulos que tenía en mi lista de pendientes hacía tanto tiempo, que creo que hasta se me había olvidado. Pero, después de leer I Will Teach You To Be Rich de Ramit Sethi, me acordé y decidí, por fin, leerlo.

Si en vez de leer el post preferís ver la reseña en vídeo, os dejo aquí el enlace a mi canal de Youtube, donde la podéis ver. Si preferís seguir leyendo, podéis saltaros el vídeo.

No me arrepiento de haberlo leído, pero tampoco me arrepiento de no haberlo leído antes. Creo que es un libro útil y con un mensaje claro, pero que también está algo desfasado en algunos conceptos de los que presenta.

Lo recomendaría para tener claras algunas ideas básicas, pero estoy segura de que no se convertirá en mi libro de cabecera, como si lo son otros como el de Ramit Sethi o el de Dave Ramsey.

Robert Kiyosaki Padre Rico Padre Pobre

La rat race y la desaprobación

El libro trata el concepto de la rat race, esa rutina sin fin de trabajar para todos menos para ti. Eso significa que tú haces todo el trabajo, mientras otros se llevan la mayoría de la recompensa.

Hablamos de la rat race como algo de lo que todos formamos parte y al mismo tiempo, como algo que todos odiamos. ¿Pero por qué continuamos formando parte de esa carrera de ratas?

Pues porque la mayoría tenemos miedo a la desaprobación de la sociedad.

¿Cuántas veces os han dicho aquello de “ve al colegio, estudia mucho y consigue un buen trabajo”? Porque a mi me lo han repetido hasta aburrirme.

Y eso hace 40 años estaba genial, porque seguramente encontrabas un trabajo al terminar los estudios y si eras un poco listo, lo mantenías hasta la jubilación. Pero hoy en día eso ya no existe ni es posible.

Puedes estudiar mucho, entrar en una buena universidad (si la puedes pagar, claro), graduarte y conseguir un trabajo en el que te paguen mucho dinero, sin ver un crecimiento financiero en tu vida. ¿Por qué? Porque sigues atrapado en la rat race.

También puede ser, y más teniendo en cuenta cómo está ahora mismo la situación en muchos países, que salgas de la universidad sin trabajo y acabes consiguiendo un trabajo precario, que no tiene nada que ver con lo que has estudiado. Pero eso da para escribir otro post entero.

Según Robert Kiyosaki, tus jefes son los que se hacen ricos con tu trabajo y no tú.

En este caso, estoy de acuerdo con Robert Kiyosaki en que seguimos creyendo y siguiendo un mantra anticuado, que ya no aplica. Porque tenemos miedo de violar las expectativas que nos han taladrado en el cerebro desde que nacemos.

Pero sí creo que puedes hacerte rico con un trabajo normal, invirtiendo tu dinero de forma correcta. Y eso se lo tengo que agradecer a Ramit Sethi.

El miedo y la codicia

Robert Kiyosaki explica que, cuando hablamos de dinero, todo el mundo experimenta dos emociones básicas: codicia y miedo.

Si tienes dinero, seguramente te centrarás en todo lo que puedes comprarte (avaricia). Pero si no tienes, te preocuparás por que quizás nunca tengas suficiente dinero (miedo).

La gente que ignora cómo manejar sus finanzas son especialmente propensos a dejar que esas emociones sean las que tomen las decisiones.

¿Pero cómo contrarrestar estas emociones? Pues básicamente, desarrollando tu conocimiento financiero sobre cosas como inversiones, riesgos y deudas.

No nos enseñan nada sobre inteligencia financiera

La mayoría de gente piensa que para hacerse rico es suficiente con ser capaz y tener talento. Pero el mundo está lleno de esas personas y la mayoría son pobres. Lo que falta es inteligencia financiera.

Por desgracia, nos crían sin esa inteligencia. Los sistemas escolares están diseñados para capacitar a las personas en multitud de materias útiles, pero la inteligencia financiera no es una de ellas.

No se nos enseña cómo ahorrar o cómo invertir, por eso hoy en día, incluso los estudiantes de secundaria, tienen deudas de tarjetas de crédito. Y esta falta de capacitación también se da en adultos, tanto los altamente educados, como los más comunes.

Por eso hay tantos países que terminan con deudas nacionales astronómicas: porque la mayoría de sus políticos tienen poca o ninguna inteligencia financiera. Y por eso el 50% de trabajadores de Estados Unidos no tiene pensión actualmente: porque no tienen educación financiera.

Según Robert Kiyosaki, depende de nosotros mismos aprender y educarnos sobre ello. Hay que aprender a evaluar nuestras finanzas, a fijarnos objetivos y a adquirir la educación necesaria para alcanzarlos.

Manejar el riesgo

El mayor cambio que probablemente debamos llevar a cabo es aprender a asumir riesgos. En vez de temer el riesgo, hay que aprender a manejarlo.

Aprender a gestionar los riesgos significa que no siempre estaremos en equilibrio y nuestro dinero no siempre estará seguro. Pero más riesgo es aún no invertir, ni hacer nada con nuestro dinero. A largo plazo, estamos perdiendo más por no hacer nada, que por hacerlo.

El largo camino

Es fácil desanimarse cuando nos topamos con un obstáculo en el camino, pero debemos motivarnos para seguir adelante. El camino hacia la riqueza es largo y no es nada fácil.

Una opción es crear una lista de deseos y de no deseos, para utilizarla como referencia personal. Por ejemplo: “No quiero terminar como mis padres” y “Quiero estar libre de deudas dentro de tres años”.

Hay que utilizar herramientas como estas listas cada vez que necesitemos un recordatorio de por qué debemos perseverar y no tirar la toalla.

Otra opción, en opinión de Robert Kiyosaki, es conocer las historias de vida de personas ricas como Warren Buffet o Bill Gates. Leer sobre cómo superaron sus luchas para lograr sus objetivos nos puede ayudar a motivarnos y mantenernos ambiciosos.

El peligro de la vagancia y la arrogancia

Incluso habiendo adquirido conocimientos sobre inteligencia financiera, nuestra personalidad puede amenazarnos a nosotros y a nuestro dinero.

La pereza y la arrogancia son dos grandes trampas, porque pueden trabajar en nuestra contra de maneras poco obvias, según Robert Kiyosaki.

A menudo pensamos en la pereza como pararse y no hacer nada, pero la pereza no significa necesariamente inactividad: también puede darse evitando cosas que deben hacerse.

De la misma forma, la arrogancia puede ser una debilidad devastadora. En el caso de la ruina financiera, puede definirse como ignorancia + ego: una combinación de poco conocimiento financiero y un ego demasiado orgulloso para admitirlo.

Activos sí, pasivos no

Es básico conocer la diferencia entre un activo y un pasivo, para garantizar que estamos tomando decisiones sólidas. Un activo te hace ganar dinero, mientras que un pasivo te cuesta dinero.

Por eso, para alcanzar la riqueza, debemos invertir principalmente en activos. Pero muchos inversores confunden ciertos pasivos con activos. Un ejemplo son las casas, que se consideran un activo, cuando en realidad se acercan más a los pasivos.

Nos quitan una parte masiva de ingresos cada mes durante muchos meses y ese dinero podríamos haberlo invertido en activos potencialmente más lucrativos.

La profesión paga facturas, el negocio te hace rico

Esta parte del libro explica cómo tu trabajo normal es el que se encarga de cubrir tus necesidades, pero nunca te hará rico. Mientras que tu negocio, en el que inviertes tiempo y dinero para ayudar a crecer tus activos, es el que te llevará a la riqueza.

A menudo, la profesión financia el negocio inicialmente, por lo que Robert Kiyosaki recomienda mantener ese empleo diario hasta que el negocio comience a mostrar crecimiento sostenible.

Además de esto, Kiyosaki también sugiere que aprendamos sobre cómo funcionan los impuestos. El objetivo es entender el código de esos impuestos e intentar minimizarlos, para así alcanzar esa riqueza antes.

Conclusión

Padre Rico, Padre Pobre es un clásico por algo. Es un libro claro, explicativo y con un objetivo básico: enseñar al lector los básicos de la educación financiera, para que pueda gestionar mejor su dinero. Y hacer que éste trabaje para ti y no al contrario.

Es cierto que hay ejemplos y aspectos del libro que me parecen algo anticuados, pero a grandes rasgos creo que es un básico para cualquiera que no tenga un conocimiento mínimo.

En mi caso, al haber leído otros libros antes que éste, creo que me ha pillado algo tarde. Hay muchos conceptos y teorías que ya conocía, por lo que no me ha aportado tanto, pero pienso que puede ser un título perfecto para comenzar.

Robert Kiyosaki se ha ganado un lugar como autor de desarrollo personal. Y creo que ese lugar es más que merecido.

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