Que Oprah recomendara este libro es un verdadero problema. Aunque no para el autor, claro: Tolle publicó su libro a finales de los 90, con una tirada inicial de 3.000 copias. Años más tarde, Oprah descubrió el libro y lo recomendó. Y entonces llegó el tsunami: desde entonces el libro ha vendido más de 5 millones de copias y se ha traducido a 33 idiomas distintos. Parece que Tolle es un chico con suerte.

Si en vez de leer el post preferís ver la reseña en vídeo, os dejo aquí el enlace a mi canal de Youtube, donde la podéis ver. Si preferís seguir leyendo, podéis saltaros el vídeo.

Pero yo no me refería a los números cuando he dicho que era un problema, sino a que esa recomendación, ese subtítulo de “recomendado por Oprah” hizo que lo cogiera con ganas, que me apeteciera leer el libro y que tuviera unas expectativas muy altas de lo que me iba a encontrar. Soy muy fan de las mujeres que llegan tan alto en su profesión, luchando y rompiendo barreras; abriendo camino para todas las que vengan detrás. Así que, una recomendación de alguien así, me la tomo en serio.

Después de más de 250 páginas, el “recomendado por Oprah” pasó a un segundo plano y descubrí que El Poder del Ahora es de los libros que dividen a los lectores: o te engancha y te llega su mensaje o te cuesta un mundo terminarlo y no sabes cómo seguir avanzando en su lectura. Yo, por desgracia, me quedo en el segundo grupo.

Si bien es cierto que, pese a que es un libro que a mi personalmente se me ha hecho cuesta arriba, la idea que el autor trata de explicar es muy poderosa: hay que aprender a vivir en el ahora, a disfrutar del momento presente y dejar de agobiarse por el pasado o el futuro.

Actualmente, la mayoría de gente se pasa el día entero teniendo pensamientos negativos y la mayoría de esos pensamientos ni siquiera sucederán. Y las cosas que sí sucederán, realmente no importan o son desafíos que simplemente superaremos.

Es curioso que la mayoría de nosotros ni siquiera nos damos cuenta de ello, porque lo hemos convertido en lo normal, en la norma. A no ser que hayamos intentando ser consciente de nuestros pensamientos, con técnicas como la meditación, en la mayoría de los casos ni siquiera somos conscientes de lo que nuestra mente nos hace a nosotros mismos.

La mente es probablemente una de las herramientas más potentes que tenemos. Y cuanto más poderoso es algo, más peligroso es también, si una persona no sabe controlarlo. Pero, ¿Por qué deberíamos querer saber sobre esto? ¿Por qué estar presente? Porque físicamente, nuestra propia mente nos está matando. Generamos ansiedad, el sistema inmunológico se debilita y nos acaba matando, literalmente.

Si salimos a la calle y nos fijamos un poco, nos damos cuenta de que estamos rodeados de máquinas de producir cortisol. Es literalmente lo que se desprende de cómo andamos, cómo hablamos y cómo nos comportamos. La mayoría de nosotros somos el estrés personificado.

Por suerte, hay mucha gente que ya se ha dado cuenta del valor de estar presente, pero hay dos grandes obstáculos para poder conseguirlo: el pasado y el futuro. Tenemos un gran problema a la hora de reconciliar nuestro pasado con nuestro presente. Y no debería ser así, puesto que el pasado es algo que ya pasó, como su nombre indica, por lo que no importa y no aporta nada a nuestro presente.

Y aún así, el pasado es sólo el 50% del problema. Reconciliar el futuro y el momento presente es nuestra segunda gran preocupación: ¿Cómo conseguimos nuestros objetivos, nuestras metas, estando presentes? Hay que aprender a disfrutar del proceso, del momento presente y a convertir los pensamientos negativos en positivos. Olvidarse de cosas que no han pasado y centrarse en el ahora.

El proceso que hay que llevar a cabo es parecido al que los alcohólicos llevan a cabo en alcohólicos anónimos y empezar por reconocer que tenemos un problema. Hay que aprender a salir de nuestros pensamientos, porque nuestros pensamientos no son nosotros. ¿Por qué tenemos que sufrir por algo que no ha sucedido?

Actualmente, mucha gente trata de apaciguar esa ansiedad por lo que está por venir con drogas, alcohol, sexo, comida, trabajo, viendo la televisión e incluso yendo de compras. Y en muchas ocasiones, convierten este tipo de vías de escape en auténticas adicciones.

¿Cómo vivir el ahora entonces?

Un buen ejemplo es la comida. Pensad en vuestra comida favorita. ¿Verdad que cuando dais el primer bocado de esa comida os sabe a gloria? ¿Y qué pasa cuando estáis a punto de terminar la comida? ¿Verdad que gradualmente los sabores se establecen y perdemos esa satisfacción inicial? Pues la clave es aprender a vivir como ese primer bocado, aprender a disfrutar de ello y aprender a encontrar alegría y satisfacción en las cosas simples, en lo que nos pasa ahora.

¿A que es una idea realmente poderosa? A mi me parece importante y creo que todos deberíamos tenerlo en cuenta de forma diaria y no dejarnos llevar por el estrés del día a día. Aprender a relativizar y a valorar esas pequeñas cosas, que al final hacen grande la vida.

¿Pero sabéis lo mejor de todo? Toda esta información la he recopilado leyendo reseñas y viendo vídeos de Youtube que hablan sobre el libro. Porque Tolle se pasa medio libro citando libros sagrados de distintas religiones y mezclando tantos conceptos, que al final me perdí por el camino.

No dudo del valor de su libro y creo que El Poder del Ahora podría haber sido todavía mejor, si hubiera planteado su escritura desde otro punto de vista. Quizás lo de pasarse dos años sentado en bancos, reflexionando sobre la vida, le pasó factura cuando se sentó a escribir.

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